¿Sabías que las marcas de lujo queman la ropa que no venden? Esta práctica se lleva haciendo desde hace mucho tiempo, con el objetivo de mantener la exclusividad de la marca, y así asegurarse que esas piezas no se venderán rebajadas de precio, desprestigiando de este modo a la firma, y descontentando a los clientes que compraron ese producto por un precio mucho más elevado, y que además ahora deja de ser tan exclusivo.
Un informe de Business of Fashion indica que, la industria de la moda desecha al menos 500.000 millones de euros al año, 6 veces más de lo que se dona. Las cifras exactas de los artículos de lujo destruidos es un secreto empresarial de las marcas, pero la firma británica Burberry reveló que quemaba ropa, accesorios y perfumes que no se habían vendido, por un valor de 32,24 millones de euros al año, para evitar que se vendan más baratos y mantener la exclusividad de la firma. Dicho esto, reconoció su error e informó que dejaría de hacerlo.
¿Qué pasa con los excedentes de las marcas más accesibles?
Para muchas otras marcas de moda más accesibles, los productos de temporadas pasadas no suponen tanto problema ya que los ponen en rebajas, envían a outlets o incluso los reciclan. Marcas como Primark indican que donan los artículos no vendidos, los cuales serán reciclados para recaudar fondos para ayudar a la labor the Newlife Charity. O el modelo de negocio de Inditex, que intentan afinar con las cantidades.
Pese a todo, sigue sobrando demasiada ropa. Cogiendo el ejemplo de H&M, sabemos que han llegado a quemar hasta 15 toneladas de ropa en el 2017, una barbaridad, y eso contando solo lo que ha quemado esta marca.
Quizás el problema sea el fast fashion donde se crean nuevas colecciones cada poco tiempo, con una vida util de las prendas que dura solo hasta el fin de la temporada. Greenpeace ya advirtió en su informe ‘Tiempo muerto para la moda basura’, que los consumidores se estaban cansando, y que duplicando de uno a dos años la vida útil de las prendas se reducirían hasta un 24% las emisiones anuales.
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El comienzo del cambio
El canal M6 sacó un documental grabado con cámaras ocultas, en el que se mostraban en un almacén de Amazon, contenedores de productos devueltos o no vendidos que destruyeron según los acuerdos con los minoristas externos.
Después de esto, Francia, el gran hogar de las firmas de lujo, puso en marcha una ley que aprobó semanas antes que la pandemia llegara a Europa, para sancionar a las marcas de 450 euros por cada prenda destruida. Gracias a ello las marcas están asociándose con recicladores y organizaciones benéficas.
Amazon también está contribuyendo al cambio, poniendo en marcha un programa en Francia, que permitirá a sus comerciantes externos entregar los productos no vendidos que tengan en los almacenes de Amazon, directamente a organizaciones benéficas, con la intención de reducir al máximo la destrucción de esos artículos.
Este gigante del comercio también ha implementado un programa de donaciones para sus comerciantes de Estados Unidos, donde todavía destruye los productos no vendidos.
¿Qué piensan? ¿El futuro de la moda serán tejidos orgánicos y el ecodiseño? Quizás pronto lo exclusivo será reducir la huella ecológica de nuestras prendas.