Hoy quería contaros cómo fue mi llegada a Paris, y cómo comencé como modelo curvy en esta magnífica ciudad, la cual me ha dado mucho, pero que a la vez no ha sido nada fácil.
Pues bien, para meteros en situación, yo vine a Paris por la moda, como ya he dicho anteriormente, soy de Sevilla y allí no hay gran cosa para hacer de este mundo, por lo que muchos nos vemos obligados a cambiar de ciudad para lograr vivir de ello.
La llegada a París
Cuando llegué, ya tenía agencias en España, pero no en Francia, así que tocaba buscar una, claro que antes de venir ya había hecho una búsqueda de agencias curvy de la ciudad, y solo encontré una, porque aunque parezca mentira, a esta gran ciudad de la moda le ha costado abrirse a este cambio, incluso siento que está un poco atrasada en este ámbito, los parisinos tienen una mentalidad muy de estar delgados, pero poco a poco va avanzando.


En fin, ¡Tenía que entrar como fuera en la única agencia de la ciudad que trabaja con este tipo de modelos! Así que fui directamente a la puerta de la agencia a presentarme, y así como me la abrieron me la cerraron, no es fácil el mundo de la moda, menos aun la moda curvy cuando está empezando, y aun menos en una ciudad que le cuesta abrirse a ello…
No hay que darse por vencida
Yo no desisto jamás, así que seguí buscando mi oportunidad, y dos meses después, vi en la historia de Instagram de la agencia de la que he hablado anteriormente, que estaban buscando nuevas caras, así que probé una segunda vez y les envié mi book, ¡Esta vez sí! Un par de días después firmé el contrato con ellos =)
¿Que cambió en esos dos meses? ¡La booker! Era una chica nueva y estaba buscando nuevas modelos y a ella sí le gusté. En fin… este mundo va de probar y probar y volver a probar, por toda mi experiencia puedo decir que de cada diez puertas a las que llamas, solo se te abre una, y esa es una de las partes feas de la moda, hay que tener mucho valor para aguantar más noes que síes a lo largo de tu carrera, y que, aunque recibas noes, siempre hay que seguir intentándolo, no se puede perder la esperanza nunca.
Fue a partir de ahí cuando empecé a hacer los primeros trabajitos de moda en Paris, y hasta el día de hoy me siento muy contenta de haber tomado la decisión de venir, aunque para ello me haya tenido que alejar de mis seres queridos, pero esta ciudad me esta dando la oportunidad de mis sueños, y eso tiene un gran valor.
Espero que esta pequeña historia sirva de motivación a aquellas personas que lo necesiten.